A
finales de Noviembre de 2013, la Universitat Pompeu Fabra (UPF), firmó un acuerdo
de exclusividad con Virbac (multinacional
francesa del sector de la salud animal), para la comercialización de una nueva
vacuna frente a la fiebre aftosa.
Dicha
vacuna, es el resultado de un proyecto de colaboración entre la UPF y distintos
organismos, como son el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),
el Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y Genoma
España (actualmente Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT).
Está
diseñada y producida a escala piloto en el laboratorio de química de proteínas
de la UPF, y combina en una única plataforma molecular, varias copias de los
componentes estructurales del virus (llamados epítopos) que son los encargados
de generar la respuesta protectora. Constituida esencialmente por péptidos, se
produce por síntesis química, lo
que facilita su producción, le aporta estabilidad y además, impide el
desarrollo de la enfermedad en los animales.
Aunque
la vacunación es la mejor estrategia preventiva contra la fiebre aftosa y la
mayoría de enfermedades infecciosas, las vacunas convencionales basadas en
virus atenuados o inactivos tienen muchos inconvenientes, lo que hace que las
llamadas vacunas de subunidades (como ocurre en este caso), adquieran cada vez
más interés.
En
Europa, existe una política de no vacunación (por motivos exclusivamente
comerciales), que se puso tristemente en evidencia, en el episodio que en 2001
afectó al Reino Unido y otros países europeos, y que se saldó con el sacrificio
de más de 7 millones de animales, y unos costes directos (indemnizaciones) e indirectos
(restricciones de transporte y turismo, etc.) de más de 10.000 millones de
euros.
Mientras
que en Asia, y en América del Sur, la vacunación frente a esta enfermedad
contagiosa, se considera la mejor alternativa para el control de la misma. En este
contexto, de acuerdo a la exclusividad con Virbac, se contempla la
producción, evaluación y eventual comercialización de la vacuna en la República Popular China, dónde el
mercado de estas vacunas, tan solo para el sector porcino, supera los 200 millones
de dólares anuales.
- ¿Por qué creéis que en la UE no se vacuna, conociendo la repercusión de la enfermedad?
- Teniendo en cuenta las altas tasas de morbilidad que presenta la fiebre aftosa, ¿no sería útil el uso obligatorio de la vacuna como método preventivo?
- ¿Es razonable que en países como China se permita la vacunación y en la Unión Europea no, siendo que existe movimiento de animales entre los distintos países?
Autores: RBP, SGL, JAG, VCS
Fuentes: SUIS
nº 103 diciembre de 2013. Noticias, página 60.