Las cruzadas antivacunas
Pauloffit.com, la página web que lleva el nombre del codescubridor de la vacuna del rotavirus que causa la diarrea infantil, no está hecha precisamente por su club de fans. En ella se acusa al inventor de una vacuna que salva cada año a cientos de miles de niños de estar vendido a la industria farmacéutica. Paul Offit es el blanco preferido de los ataques de los nuevos cruzados de la antivacunación, sobre todo tras publicar su libro Autism’s False Prophets, en el que desautoriza al movimiento que cuestiona la inmunización de los niños por un supuesto riesgo de autismo de ciertas vacunas. Esta cruzada es especialmente virulenta en Estados Unidos, pero se expande como un virus por la red, dibujando un escenario en el que se mezclan los datos objetivos con la ignorancia científica y el inquebrantable deseo de cualquier padre de buscar lo mejor para sus hijos.
La sospecha de que las vacunas, concretamente la triple viral (sarampión, parotiditis y rubéola) o MMR, pueden favorecer la aparición del autismo en niños fue lanzada por la revista The Lancet en febrero de 1998. El artículo firmado por Andrew Wakefield y otra docena de autores describía 12 casos de niños que desarrollaron una extraña enfermedad intestinal y un trastorno del desarrollo (en nueve niños fue diagnosticado como autismo). En ocho casos, los padres asociaron la aparición de este trastorno con la inmunización de sus hijos con la triple viral. Aunque el artículo y el editorial adjunto de la revista no establecían una relación causa-efecto entre la vacuna y el autismo, cuando la noticia saltó a los medios de comunicación la frontera entre la simple asociación casual y la relación causal, como ocurre tantas veces, se difuminó. A muchos padres de niños autistas les cuesta creer que se trata de una casualidad. Pero cada año cientos de miles de niños reciben la triple viral y, con o sin vacuna, también muchos niños empiezan a desarrollar autismo: por ello, lo más probable es que en algunos niños coincidan ambas circunstancias.
¿Por qué publicó The Lancet el artículo de Wakefield aun sabiendo que la posibilidad de que haya una asociación causal es remota? Muchos creen que el impacto que la noticia podía tener y realmente tuvo en los medios de comunicación influyó demasiado en la publicación. Con el tiempo se ha sabido que Wakefield ocultó un conflicto de intereses (recibió dinero de un grupo de padres para ver si existía alguna base científica para emprender una acción legal) y 10 de los 13 autores del artículo se retractaron de la interpretación de que pudiera haber alguna relación entre la vacunación y el autismo, según ha contado el ex director del British Medical Journal, Richard Smith. Pero la cruzada antivacunación sigue adelante, inmune a las evidencias científicas y espoleada por algunas pifias de las farmacéuticas y los expertos. La consecuencia es que en Estados Unidos las tasas de niños no vacunados empiezan a ser alarmantes. Y algunos prevén que la situación no cambiará hasta que muera un número suficiente de niños por infecciones infantiles fácilmente prevenibles por vacunas.
Este artículo ha sido publicado por Gonzalo Casino el 12/01/2010 en Intramed:
Otras páginas de interés que tratan este mismo tema son:
http://www.oie.int/boutique/index.php?page=ficprod&id_produit=119&fichrech=1&lang=es
http://www.oie.int/boutique/index.php?page=ficprod&id_produit=118&fichrech=1&lang=es
Las preguntas que me hago en relación con este tema son las siguientes:
- ¿Tenemos las ideas lo suficientemente claras como para saber qué es lo que tenemos que hacer en cada situación?
- ¿Hemos desarrollado suficientemente nuestro sentido crítico ante una determinada información científica o técnica?
En ese mismo sentido el Dr. Salvador Macip ha publicado hoy en El Mundo un artículo titulado: Rectificar es de sabios
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/01/19/investigacion/1263934488.html
La publicación del artículo de Andrew Wakefield en 1998 sobre la relación entre la vacunación de la triple vírica y la aparición de autismo sembró la duda y ello supuso que muchos padres dejasen de vacunar a sus hijos en el Reino Unido y posteriormente esta situación se repitió en los Estados Unidos. La no vacunación de la triple vírica ha provocado un aumento del número de enfermos y muertos por rubeola,paperas o sarampión en la población infantil de estos países. Este movimiento es promovido por un movimiento antivacunal que existe respecto a esta vacuna, que además es apoyado por personajes famosos.
ResponderEliminarYo creo que la relación(muy dudosa) que existe entre el autismo y la vacuna puede deberse a que los síntomas de la enfermedad y la vacunación coinciden en el tiempo, pero es una casualidad, no creo que la vacuna produzca la enfermedad.
La culpa de todo la ha tenido ese médico por atreverse a publicar semejante artículo sin tener suficiente certeza de lo que quería demostrar. Por otro lado la revista también tiene algo de culpa, las revistas en general tienen que tener especial cuidado en lo que publican porque la opinión pública enseguida se sugestiona y se cree todo lo que lee ó ve en los medios de comunicación.
EFA17
Aunque no soy madre (ni falta que hace), creo que me hago una idea de lo difícil que debe ser cuidar a un niño; no digamos ya cuando este requiere los cuidados y atenciones propios de un autista. Me imagino que los padres de niños autistas se preguntaron y preguntarán por qué tuvo que enfermerar su hijo y no el del vecino.
ResponderEliminarEs fácil dejarse llevar por la desesperación y la impotencia, y no me cabe duda de que en el caso de que nuestros posibles hijos enfermaran, todos y cada uno de nosotros removería cielo y tierra para encontrar la cura.
Una de las ventajas que te da estudiar una carrera como Veterinaria es que, tras 5 años de machacarte las neuronas tienes cierta lucidez mental (aunque parezca contradictorio), por lo que para nosotros puede ser más sencillo distinguir una noticia falsa con trnasfondo puramente monetario de una verdadera alarma sanitaria.
Sin embargo, no todo el mundo discurre de la misma manera. Evidentemente, los medios de información deberían informar y no sugestionar a la población; pero ya se retractaron 10 de 13 autores de la explosiva noticia. Así que, ¿por qué continua todo el movimiento antiviral? No sé dónde escuché que la mentira más peligrosa es la que uno mismo quiere creer.
En relación con nuestro papel veterinario, me parece que lo único (y más importante) que podemos hacer es informar, sea cual sea nuestro ámbito profesional (clínico, inspector de sanidad...) La ignorancia nos deja a todos a merced de los caprichos de los 'poderosos'.
Siempre habrá gente que quiera esclarecer la verdad y, siempre habrá personas que quieran y necesiten un cabeza de turco al que culpar.
La cuestión es, ¿en cuál de estos grupos quieres estar?
J.C.P.6
Existe un estudio elaborado por el periodista Brian Deer, que afirma que en realidad los datos aportados por Wakefield en el estudio eran falsos y habían sido establecidos según sus intereses.
ResponderEliminarPor un lado, veo normal la actitud de los padres frente a tamaña afirmación. Están desesperados y buscan una explicación: ¿Qué ha pasado? ¿Hice algo mal? ¿Es culpa de alguien?
Y cae “como del cielo” una publicación, por todo lo alto, que asocia la vacuna en cuestión con el autismo. Ya está, todo tiene una explicación “lógica”: yo soy tan ingenuo, que caí en esta red de maldad que ha acabado afectando al más inocente, a mi hijo, que nada les ha hecho. Lo difundiré al mundo entero para que no se salgan con la suya.
Sí, esta actitud la considero normal. No con esto quiero decir que la considere correcta. Es la naturaleza humana la que nos impulsa a cerrar los ojos cuando nos empeñamos en algo. No nos interesa si existe quien dice que podemos estar equivocados, ellos son del bando de los “malos”. Quizá el aplicarse a uno mismo la afirmación “rectificar es de sabios” es muy duro en gran parte de la población humana. Es difícil admitir que te has equivocado y simplemente has sido utilizado por una persona que únicamente quería defender sus propios intereses y ser noticia por un día, por unas semanas, por unos meses… quizá conseguir algo grande con sucias artimañas.
Gente poderosa como J. McCarthy y J. Carrey se sienten afectados por el asunto y han puesto en marcha desde 2007 su campaña antivacuna. Tan sólo desde ese año, la casuística y las muertes de niños en EEUU a causa de estas enfermedades ha aumentado tal y como se refleja en el “contador de víctimas de J. McCarthy”, como se le llama a esta web, basada en datos de la CDC:
http://www.jennymccarthybodycount.com/Jenny_McCarthy_Body_Count/Home.html
Desafortunadamente existe mucha gente como Wakefield, que sólo piensa en sí misma y se aprovecha de la ingenuidad y la ignorancia de la gente, de la falta de carácter crítico del público ante la información que recibe, de la carencia de un “filtro” ante lo que leemos y nos creemos.
AMFG-5
Estoy de acuerdo cn lo mencionado por AMFG pero también hay que tener en cuenta que no sólo es responsabilidad de la reviste de publicar datos falsos sino de todas de crear cada vez más una red de información transparente, provada, que la gente tenga una educación que les permita distinguir entre un artículo poco provado y uno científicamente provado... Tenemos que luchar por esa tranparencia porque sino pasará como en la crisis de la gripe A que sacaron una vacuna y no sabíamos si vacunarnos o no.. que unos decían que la vacuna estaba poco provada y producía muchos efectos negativos y otros que sino nos vacunabamos iba a morir mucha gente ¿?¿? y ahí a quién crees??
ResponderEliminarLCB 6
El problema importante es la desinformación de la gente. Además en ciertos sectores ''maltratados'' se suele hacer antes caso por el pueblo a los periodistas que a los propios profesionales, cometiendo así un gran número de errores. Seguramente hasta que en otro medio de comunicación no se publique la muerte de un numero de pacientes por este hecho no se revertirá la situación, cómo se dice en el artículo.
ResponderEliminarLGO20